El instituto pacense, Bárbara de Braganza, registra y cataloga su histórico material docente y lo da a conocer en la red a través de su página web

19.02.11 - HOY - MERCEDES BARRADO TIMÓN | BADAJOZ.

Su colección de animales tiene un ornitorrinco y el esqueleto de un pequeño simio.Los viejos pájaros disecados ya no son aves desconocidas y cubiertas de polvo. Han recuperado el lustre de sus plumas, han sido identificados y cuentan con una ficha que especifica su nombre y su procedencia.
Los rudimentarios aparatos ópticos, las viejas linternas y los microscopios han sido limpiados y lustrados y están en condiciones de funcionar e incluso se ha fabricado una pantalla electrónica para poder visualizar las viejas transparencias sobre cristal. Algunos de estos aparatos disponen de su historial de compra y es posible seguir la trayectoria de su venida a Badajoz, en el siglo XIX, desde industriosas localidades francesas donde se fabricaban en exclusiva.
Desde el curso 2009-2010, el IES Bárbara de Braganza -heredero junto con el IES Zurbarán de aquel primer Instituto Provincial de Enseñanza que se creó en la capital pacense en 1845- viene implicando a profesores y alumnos en la tarea de registrar y catalogar el interesante patrimonio histórico del centro.
El 'Bárbara', como es cariñosamente conocido en la ciudad este centro de enseñanza, conserva un importante legado del material docente que se empleó desde los primeros años de funcionamiento del instituto hasta la década de los 30 y que asciende a unas 600 piezas. Son objetos que se emplearon fundamentalmente para la enseñanza de la Física y Química y de las Ciencias Naturales. Dicho legado patrimonial incluye una interesante colección de animales naturalizados, con numerosos ejemplares de aves y un elemento de colección tan exótico como un ornitorrinco. También puede verse el esqueleto de un pequeño simio.


Sergio Correia Alonso, José L. Merchán Geniz, Jacinto P. Carrasco, Laura Méndez Ruiz, Francisco J. Rodríguez y Fermín Rey. :: CASIMIRO

Aparte de los aparatos científicos hay colecciones de rocas y grupos de láminas y carteles divulgativos para el estudio del cuerpo humano o la geografía e incluso réplicas desmontables de órganos internos de animales fabricadas con gran precisión y calidad.
En el patrimonio del 'Bárbara' figuran también libros singulares y valiosos como los 'Ensayos oratorios' del ilustrado Gregorio Mayans y Siscar o cuadros de cierto interés, como el retrato de Alfonso XII hecho por Nicolás Megía que adorna uno de los despachos del centro. Hay otros cuadros de buen tamaño que representan a la Reina Isabel II o a la propia Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, con quien contrajo matrimonio en la ciudad de Badajoz. También se conservan algunos muebles de época.
Durante el curso 2009-2010, el instituto se acogió a las ayudas de la Junta de Extremadura que formentaban la creación de grupos de trabajo que buceasen en la Historia de la Educación en Extremadura. Fermín Rey, secretario del centro, explica que se ha avanzado fundamentalmente en lo relacionado con la catalogación del gabinete de Historia Natural, en el que han trabajado con sus alumnos los profesores Jacinto Pedro Carrasco Claver y Francisco Javier Rodríguez Martín.
Durante todo el curso, aprovechando clases y también durante muchas tardes, los implicados en el trabajo lucharon por poner a punto estos aspectos de la historia del instituto. El profesor Carrasco cuenta que primero se hizo una base de datos en papel y se investigó la procedencia de los animales, se les identificó y etiquetó.
Los alumnos contribuyeron a realizar el inventario científico pertrechados con el mejor material de protección que se les pudo proporcionar, como mascarillas y guantes y con productos de limpieza. El trabajo resultó agotador porque se manejaron muchos datos y no había un sitio específico para usar como taller. Profesores y alumnos tenían que utilizar las propias aulas de clase y dejarlas limpias y expeditas cuando terminaba cada clase.
José Luis Merchán Geniz, que era entonces alumno de Ciencias del Mundo Contemporáneo, cuenta que cada uno limpiaba su ejemplar y luego procedían a su catalogación bajo la supervisión de su profesor, identificando las especies desconocidas. «Nos ha servido para aprender de un modo más interactivo y divertido», explica Merchán. «Porque los modelos del siglo XIX son muy reales y fieles», añade.
Pero ocurrió que las ayudas de la Junta no volvieron a convocarse para este año, si bien los profesores y alumnos del Bárbara habían avanzado mucho en su trabajo y lo comparten ya en la red con quien esté interesado en este patrimonio pacense. Puede consultarse el Museo Virtual del Bárbara, aún incompleto y el blog en el que el equipo de trabajo fue vertiendo sus vivencias durante la elaboración del catálogo.
A pesar de todo, el centro no da su tarea por terminada. Han entrado en contacto con otros institutos históricos de España y aprenden de las experiencias de todos ellos. Van a ir a la reunión que celebrarán este año en Cabra (Córdoba). Y esperan que no tardando mucho queden despejadas unas habitaciones de su planta baja para instalar un auténtico museo visitable.