Monumento: El hornabeque se construyó en el siglo XVII. Se edificaban para cubrir pasos de ríos y está compuesto por dos medios baluartes.
Restauración: Se han centrado en la puerta de San Vicente y en la muralla. Se conservan tres torres de vigilancia que han sido igualmente forradas de hormigón.
Uso: La estructura militar cuenta con un foso que rodea el baluarte y dos salas cubiertas a las que ahora el Ayuntamiento debe dar utilidad.
Además de paseos y senderos cerca del río, la obra del tramo urbano del río también ha servido para devolver a la ciudad un nuevo tramo de su fortificación, el hornabeque del Puente de Palmas.
La puerta que se ha rehabilitado en el monumento. :: J. V. ARNELAS
Enterrado durante años entre basuras en la cabecera de la margen derecha del puente, los trabajos de restauración en esta fortificación entran en su recta final y según explican desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana, la obra terminará a finales de mes.
En pocas semanas se despejará el entorno de vallas y lonas donde estos días los trabajadores ultiman los remates en las garitas de vigilancia y en el foso. Aunque aún no se ve por completo el hornabeque, sí se intuye el cambio que ha experimentado la zona.
El hornabeque del Puente de Palmas es una fortificación del siglo XVII formada por dos medios baluartes se han reconstruido a base de piedras y hormigón. Es el único baluarte de estas características que se conserva en la ciudad y tras la reconstrucción se aprecia el valor defensivo porque solo se podía pasar una puerta, la de San Vicente, para salvar el curso del Guadiana. El fortín del río estaba conectado con el Fuerte de San Cristóbal a través de una línea de trincheras. De esta conexión no se mantienen ningún tramo, pero en fotografías de 1920 y 1930 se aprecian algunos retales.
En lo que se refiere a las actuaciones en la cabecera del puente, se ha trazado por completo el recorrido, que discurre desde la puerta hasta las rampas de acceso a la altura superior. Todas las paredes se han revestido por completo, incluso en el trecho que se mantenían.
También se han reconstruido las tres garitas de vigilancia que coronan el monumento defensivo y lo que más llama la atención, sin duda, es cómo se ha levantado la estructura de la puerta de San Vicente.
También se excavado en el perímetro los traveses defensivos, que funcionaban a modo de trincheras.
En los últimos días los trabajos se han concentrado precisamente en los traveses, que se han levantado a media altura con piedras y hormigón y ahora se han tapado con lonas por la lluvia. Otro elemento que se va a desenterrar es la la antigua Fuente de la Rana, recordada solo por los más mayores del barrio porque solían acudir a esta fuente a coger agua cuando aún no se habían completado todas las canalizaciones. El trazo de esta fuente aún no se diferencia con claridad en el solar donde antes aparcaban algunos coches, pero es uno de los elementos que, según explicaron en su día los responsables de la obra, se iba a rescatar.
La estructura militar cuenta además con dos salas cubiertas a ambos lados del puente cuya estructura se ha reforzado. Desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana ya han explicado que estas salas pasarán a ser dependencias municipales cuando se recepcione la obra y le corresponde al Consistorio darles una utilidad, aunque todavía no han decidido a qué las van a dedicar.
El abandono en el que se encontraba el monumento obligó a adecentar y limpiar el entorno. Las dependencias que ahora lucen impolutas tras el paso de los albañiles sirvieron durante años de casas para toxicómanos y personas sin hogar.
El Puente de Palmas se encontraba entre las paradas habituales de las organizaciones caritativas que trabajan con los más necesitados de la ciudad. Las dos salas a las que ahora se le busca contenido estaban perfectamente amuebladas con sillones, sillas, colchones y cartones que sus improvisados inquilinos encontraban por la calle.
Lo primero que se hizo, incluso antes de vallar el perímetro con mallas de obras, fue que efectivos del servicio municipal de limpieza pasaran con un camión para retirar todo el mobiliario. En las paredes incluso se vio una palomilla de la luz. La operación de limpieza se pareció casi a un desahucio porque, según explicaron algunos testigos, la Policía Local invitó a los que ocupaban en ese momento las dos estancias a abondanarlas. Una vez que se desocupó la construcción, también fue necesario la eliminación de restos de otras restauraciones anteriores y se cortó la abundante vegetación. Incluso se taló el gran eucalipto que había en el interior por temor a que las raíces terminaran afectando de algún modo a las murallas.
La rehabilitación en la fortificación empezó en diciembre del año pasado y desde entones los avances se han ido sucediendo, pero no han estado exentos de polémica por el parón durante algunas semanas en primavera.
Desde la Confederación explicaron que se trataba de un receso obligado en todo el tramo urbano del Guadiana para respetar el periodo de gestación en la flora y la fauna fluvial, aunque algunas organizaciones que se dedican a defender el patrimonio histórico criticaron el intervalo porque entendían que las actuaciones en el hornabeque no interferían en la parada biológica. Polémicas al margen, los trabajos el Puente de Palmas ha hecho que se parezca ahora más al que cruzaba la ciudad en el siglo XVII.
Para saber más sobre el Hornabeque del Puente de Palmas:
Guía de Monumentos de Badajoz http://monumentosdebadajoz.es/sa_hornabeque.htm
Badajoz Ayer y Hoy http://badajozayeryhoy.net/puentes%20de%20badajoz.html
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